miércoles, 31 de marzo de 2010

Apagón Analógico, Parte 1 - Sacacuartos Camuflado

Hay una cosa que actualmente me revienta, y es el apagón analógico. Está muy bien que evolucionemos y pasemos a una señal digital, que nos permite infinidad de cosas que antes no (pero como veremos, ahora tampoco). Yo fui de los que defendía que era un cambio NECESARIO para la televisión, y aún sigo creyéndolo. Pero no estoy para nada de acuerdo en cómo se ha llevado a cabo. Esto es lo que nos encontraremos el próximo 3 de Abril en toda España. Hoy nos centraremos en cómo sobrevivir al apagón y qué nos ofrece la Televisión Digital Terrestre.

Un timo y un sacacuartos, eso es lo que ha resultado la implantación de la señal digital en España. Vamos a ir por partes analizando cómo nos llega, ya veremos qué nos debería llegar en la segunda parte, sin meternos demasiado en datos técnicos.
Para empezar necesitamos un dispositivo capaz de recibir la nueva señal digital. Para ello tenemos ciertas alternativas. La primera y más fácil es tener un televisor con sintonizador de TDT (Televisión Digital Terrestre, el nombre que se ha venido a dar popularmente en España a nuestra señal digital, el estándar DVB-T), lo que nos sitúa en un televisor medianamente moderno, que no creo que supere los 2-3 años de antigüedad. No tendremos ningún problema con este método.

Si no disponemos de un televisor con sintonizador de TDT tendremos que optar por comprar un sintonizador TDT externo al propio televisor. Ya tenemos otro trasto más que se une a la cantidad de cables que tenemos en nuestro mueble en el que están (o pueden estar) nuestro reproductor de DVD, VHS, Blu ray, Home Cinema y/o videoconsola. Son como los condones: los hay de diferentes tamaños, colores, diseños, tipos, precios y sabores. Todos tienen un denominador común: se colocan en el pene un conector SCART (o euroconector, como lo llamamos por costumbre). Tan solo por eso ya nos topamos con un problema: y los televisores antiguos (antiguos de cojones, eso si) que no poseen ese tipo de conexión? Pues a joderse o a cambiar de televisor (que ya va siendo hora) aunque no descarto que exista algún truquillo si tienen entrada de vídeo de las del cable amarillo. Obviamente no pueden obligarte a cambiar de televisor (aunque yo considero que hace falta si es tan antiguo) pero es una de las excusas para seguir comprando televisores nuevos antes de la subida del IVA. De hecho últimamente se venden muchas más que de costumbre.

Por otro lado podemos utilizar un aparatito pequeño que se coloque detrás y quede oculto a la vista (aunque siempre tendremos que sacar el sensor de infrarrojos para poder usar el mando), aunque es la solución menos recomendable porque suelen estar muy limitados. También podemos tener una pequeña cajita que puede quedar muy mona. Ahí tenemos infinidad de situaciones: los de marcas cutres que son todos bastante baratos, clónicos y limitados, que los cogerá el 80% de la gente o más; y los que tienen un precio algo mayor pero también ganan en garantía y funcionalidades, como grabación en pendrive (con una o dos antenas, para poder grabar un programa mientras vemos otra cosa), lectura de archivos multimedia, posibilidad de recepción de señal HD (alta definición)

Vale, llegados a este punto tenemos una televisión que capte la señal digital. Pero se nos ha olvidado una cosa por el camino: que nuestro edificio capte la señal digital (lo que se ha venido llamando en publicidad "antenizarse") Obviamente la gran mayoría de los edificios ya están antenizados, pero no todas las casas de pueblos perdidos lo están. El anuncio de la familia que va a casa de los abuelos en el pueblo puede ser un hecho bastante real, aunque la solución no es como la que nos ponen: hay que llamar a un antenista y que nos adapte la antena (aparte de comprar todo lo de antes) lo cual lleva un sobrecoste. También hay que decir que son pocas las casas que no están adaptadas, y estas son muy antiguas, pero nuevamente nos encontramos con un factor que ya no lo hace accesible a cualquier persona.

Bien, ahora si que poseemos ya todo lo necesario para poder ver nuestra televisión. Pulsamos el botón de encendido del televisor. Si tenemos una televisión que sintoniza TDT será como siempre, pero si hemos utilizado un receptor de TDT tendremos que cambiar a la salida EXT/AV o como se llame en nuestro televisor, y olvidarnos de nuestro viejo mando más allá de controlar el volumen. Hala, ya tenemos otro mando que se une a nuestra particular colección.


Lo primero que tendremos que hacer, como en todo televisor, es hacer un escaneo de los canales. Una vez veamos que de la nada nos han salido más canales de los que antes teníamos (una de las ventajas de la TDT es que tienes un mayor número de canales, el problema es que para lo que tenemos de más...) Toca ordenarlos. Si poseemos un TDT clónico de estos baratos (que todos tienen el mismo menú de sistema, con alguna cosa más o menos) nos liaremos con las opciones pues parecen traducidos de mala manera con algo similar al traductor de google. Incluso algún modelo no te lo va a permitir, logrando que para sintonizar Antena 3, que de toda la vida se ha puesto en el 3, tengas que irte al canal 22 y cosas por el estilo.

Obviando problemas que se pueden solucionar si sabemos comprar con inteligencia, nos topamos con más dificultades. La TDT pierde la señal con mucha mayor facilidad que la señal analógica. Además es algo muy crudo, porque si bien cuando perdíamos algo de intensidad con la analógica podíamos seguir viendo mas o menos lo que teníamos puesto. Con la TDT tenemos los dos extremos: o se ve o no se ve. Y como haya una tormenta o un viento fuerte vete olvidándote de ver la televisión.

Vayamos ahora a los canales que tenemos actualmente. Todo varía según las comunidades, aquí en Valladolid antes podíamos ver mediante la señal analógica Telemadrid, pero sin embargo por la digital no. Nos añaden todos los subcanales de las grandes emisoras, es decir, veremos el canal 24 horas, la siete, teledeporte, FDF... a los que podremos sumar canales de teletienda y de escaso interés, y algun añadido notable como Disney Channel, que hará las delicias de los más pequeños de la casa, Intereconomía o el canal de los 40 Principales.

Más canales, más diversidad de elección, aunque eso no implica una mejor programación, tendremos lo de siempre, aunque en mayor cantidad. Pero cantidad no es sinónimo de calidad, ya lo sabemos. Nos vemos en la segunda parte, en la que veremos lo que teóricamente debería haber llegado intrínseco a la señal digital y que como es obvio ni hemos catado, ni lo cataremos a corto o medio plazo.

APAGA!

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