domingo, 16 de enero de 2011

Historias

Hay miles de historias que me gustaría contar: historias sobre mi vida, historias nacidas en mi imaginación, de princesas y reyes, de ladrones y burgueses, dragones y demás criaturas legendarias, historias de amor y poder, cualquier cosa digna de ser narrada y que pueda provocar una reacción que puede ser de alegría o hacerte llorar, o todo lo contrario. 

Pero sin duda existe una historia que tengo muchísimas ganas de contar. Es una historia que me lleva atormentando años y que al fin estoy consiguiendo reunir la fuerza necesaria para poder dominarla en lugar de dejar que se apodere de mi. 

Es una historia que muchos ya saben, que he sido capaz de contarla a las personas mas allegadas, pero que todavía existe una persona que ni siquiera se la imagina. Una historia que olvidé y hasta que no pasó el tiempo no fui capaz de darme cuenta de todo lo que supuso para mi. 

Aún hoy esa historia se sigue escribiendo sola, con las últimas gotas de tinta, casi seca ya, que quedan en el tintero. Tan solo espero poder escribir al fin la última página y poder decir adiós definitivamente a ese pesar que llevo arrastrando estos últimos meses. 

Esa página se escribirá cuando sepa de esta historia quien debe saberlo. No es simplemente contar una vez más una historia que tengo ya muy trillada. El mero hecho de reunir las fuerzas necesarias para contárselo tendría un gran significado: que al fin conseguí superar por completo toda la cadena de acontecimientos que desencadenó. No es lo que cuento, es lo que significa lo que cuento, lo que hay tras las palabras de la historia. 

Espero impaciente el día en que al fin logre deshacerme definitivamente de esta carga... para siempre. 

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