El edificio de cristal en el que estaban las oficinas de la empresa de seguridad a la que Rebeca pertenecía brillaba con los tenues reflejos que propiciaba la caída del sol al atardecer. Había pasado mucho tiempo desde que ingresó en la empresa pero sin embargo lo recordaba como si hubiera sido ayer.
Aún recordaba la entrevista con el que en su tiempo ocupaba su puesto. Según él, reunía todas las capacidades necesarias para poder estar en la empresa, pero necesitaría hacer un gran sacrificio si quería trabajar con ellos: eliminar su pasado abandonando todo lo que tenía y no dejando nada atrás.
Recordaba aún todo el tiempo que estuvo pensando si decírselo a alguien ajeno a su familia y a quién. Decidió decírselo a Alvar, pero nunca conseguía encontrar el momento oportuno. Hasta aquel día en el que al ir a decírselo provocó que tuviera un accidente.
En ese instante llamó para decir que estaba lista y que ya podía marchar a dónde la necesitaran. Así abandonó la ciudad y con ello a su familia y amigos.
Curiosamente el destino había provocado que se hubiesen encontrado de nuevo, y ahora no sabía si Alvar estaba vivo o muerto. No sabía qué era lo que había pasado en el bosque pero había bastantes cabos sin atar y la única manera de reconstruirlo todo era hablar con el que probablemente intervino tras su desmayo.
Subiendo los pisos en el ascensor hasta el más alto se preparó para escuchar lo que había ocurrido tras su llamada a su jefe. No sabía qué era lo que podía haber pasado pero era peor vivir en la ignorancia.
- Pasa, por favor
Rebeca cruzó el umbral de la puerta del despacho de su jefe y se acomodó en la silla.
- Me sorprende ver lo rápido que te has recuperado, ¿estás bien tras la herida de bala?
- Bueno, sigue doliendo un poco, pero no es ningún problema – dijo Rebeca.
- Me alegra escuchar eso.
Sobre la mesa del escritorio tenía unos papeles con fotografías del bosque y del laboratorio.
- Veo que no habéis tardado en registrarlo todo a fondo. ¿Habéis encontrado algo?
- Nada, lo último que quedaba del virus se ha perdido.
- Entonces, ¿el cabo suelto que quedaba de qué se trata?
- Precisamente de eso. No conseguimos encontrar a Alvar Ramírez
- ¿No lo habéis encontrado aún? ¿No sabéis si sigue vivo o no?
- No, no sabemos nada sobre él. Lo más probable es que siga en algún lugar del bosque que no hayamos visto aún, pero en cualquier caso hemos hecho un reconocimiento exhaustivo y no hemos visto nada.
Así que seguía perdido. Todavía nadie sabía nada sobre su paradero o sobre su estado.
- Sospechamos que hay una alta probabilidad de que esté infectado con la última muestra que había, así que es de vital importancia encontrarle para recuperarlo. ¿No sabrás dónde ha podido huir o esconderse?
De repente algo hizo saltar las sospechas de Rebeca. El principal objetivo de la misión trataba de encontrar el virus y detener a Samuel, pero no había nada específico sobre qué hacer con él una vez obtenido.
- No estoy segura. Me imagino que habréis buscado en su casa.
- No ha aparecido por allí aún
- Pues no sé dónde puede haber ido, ¿no hay ninguna pista que haya dejado?
- Nada de nada, y eso es lo que más me intriga. ¿Puede que haya alguien que le ayudara a ocultarse? En el laboratorio encontramos el cadáver de un agente de policía. ¿Fue alguien más?
- No, tan solo Fernando, Alvar y yo. Habría ido sola pero debido a las circunstancias tuve que hacer una excepción. De hecho, probablemente gracias a ello sigo con vida.
- ¿Y alguien más sabía sobre el laboratorio?
Las sospechas de Rebeca se iban confirmando cada vez más. Empezaba a ver un atisbo de impaciencia en las palabras de su jefe y eso significaba algo. Tenía que estirar un poco de la cuerda para estar segura.
- Sobre el laboratorio nadie sabía nada, nos lo encontramos por casualidad.
- Sobre el laboratorio… ¿pero nadie más sabía que os encontraríais en el bosque?
- Si, dos personas más, aunque consciente actualmente sólo una.
- ¿Consciente dices?
- Si, en el depósito de cadáveres, la mujer a cargo de la sala resultó infectada con el mismo virus que tratamos de encontrar. Actualmente se encuentra sometida a tratamiento supongo, no he sabido nada más sobre ella.
- ¿Tratamiento? Bueno, no importa, y quién es la otra persona?
- Trabajaba allí también, cuando nos fuimos se quedó tratando de encontrar una cura, espero que lo haya conseguido.
- ¿Sabes cuál era su nombre?
- Tan solo su nombre: Miguel. ¿Puede estar relacionado?
El jefe se levantó suavemente de la silla y empezó a caminar de un lado a otro del despacho. Había algo que acababa de ponerle nervioso, pensó Rebeca y eso podía ser por dos razones: o que estuviera relacionado con el caso y se lo hubiera ocultado, o que no quería que más gente supiera lo que había ocurrido en ese bosque.
- Hay un dato que no se mencionó en tu informe porque se consideró irrelevante para el caso, pero ahora me veo en la obligación de compartirlo contigo porque puede ayudar a resolver la misión.
Se acercó a su ordenador y tras un par de minutos giró la pantalla. En ella había una foto de una persona conocida.
- ¿El Miguel que mencionabas se parece al de esta fotografía?
- Sí, es el mismo que el del depósito de cadáveres. ¿En qué se relaciona con este caso?
- Verás… es una larga historia
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